jueves, 14 de julio de 2011

Étienne de la Boétie (francés, 1530-1563)

Étienne de la Boétie (francés, 1530-1563)
Cuando tenía unos diecisiete años escribe un importantísimo libro, Discurso de la
servidumbre voluntaria (1547), en el que propone una teoría de la esencia del poder: su
existencia procede exclusivamente del  consentimiento de aquellos sobre los que se
ejerce. No querer servir, ahí está la condición de la libertad.

«Estad resueltos a no servir más»
Este que os domina tanto no tiene más que dos ojos, no tiene más que
dos manos, no tiene más que un cuerpo, y no tiene ni una cosa más de las
que posee el último hombre de entre los infinitos que habitan en vuestras
ciudades. Lo que tiene de más sobre todos vosotros son  las prerrogativas
que le habéis otorgado para que os destruya. ¿De dónde tomaría tantos ojos
con los cuales os espía si vosotros no se los hubierais dado? ¿Cómo tiene
tantas manos para

golpear si no los toma  de vosotros? Los pies con que holla vuestras
ciudades, ¿de dónde los tiene si no  es de vosotros? ¿Cómo tiene algún
poder sobre vosotros, si no es por obra de vosotros mismos? ¿Cómo osaría
perseguiros si no hubiera sido enseñado por vosotros? ¿Qué os podría hacer
si vosotros no fuerais encubridores del ladrón que os roba, cómplices del
asesino que os mata y traidores a vosotros mismos? Sembráis vuestros
frutos a fin de que él en vuestra presencia los devaste; amuebláis y ocupáis
vuestras casas para proveer a sus expediciones de robo; criáis a vuestras
hijas a fin de que tenga en qué saciar su lujuria; alimentáis a vuestros hijos a
fin de que él los lleve consigo; para, en el mejor de los casos, conducirlos a
la matanza en sus guerras, o convertirlos en administradores de sus codicias
y ejecutores de sus venganzas; os despedazáis dolorosamente, a fin de que
él pueda tratarse delicadamente en sus diversiones y revolcarse en sucios y
villanos placeres; os debilitáis a fin  de hacerlo más fuerte y rudo y teneros
más cortos de la brida. ¡Hacéis tantas indignidades que las bestias mismas
no aguantarían ni sufrirían! Pero podéis  libraros si ensayáis no siquiera a
libertaros, sino únicamente a querer ser libres. Estad resueltos a no servir
más y seréis libres. No deseo que lo  forcéis, ni le hagáis descender de su
puesto; sino únicamente no sostenerlo más; y lo veréis como un gran coloso
al que se ha quitado la base, y por  su mismo peso se viene abajo y se
rompe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario